¿Qué es un e-commerce? 11 tipos, cómo crear y ejemplos

¿Alguna vez te has preguntado qué es el e-commerce o cuál es el significado exacto de este término? ¿Qué diferencias tiene con algunos términos similares?

Seguro que sí, ya que el comercio electrónico está más de moda que nunca. Sin embargo, a pesar de su auge, mucha gente no tiene claro qué es un ecommerce exactamente.

Por eso, el objetivo de este artículo es explicarte la definición exacta de e-commerce, cuál es la diferencia con otros términos similares, los tipos que existen y las ventajas con respecto al comercio tradicional.

¿Preparado para saber todo lo que hay que saber sobre el comercio electrónico?

A por ello.

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Concepto de e-commerce: qué es

El e-commerce o comercio electrónico, es cualquier proceso de compra, venta de productos o prestación de servicios que se produce utilizando Internet y donde los cobros y pagos se gestionan de forma electrónica.

Esta es al menos la definición teórica de que es eCommerce. Pero en la práctica, el término eCommerce se suele emplear como sinónimo de “tienda online”.

Que-es-ecommerce

Por ejemplo, supongamos que tienes una zapatería física, donde atiendes a tus clientes cara a cara en horario comercial.

Entonces un día:

  • Te haces una web.
  • Publicas en ella tu catálogo de productos y los organizas en diferentes categorías.
  • Implementas un checkout o sistema de pago. De esta forma, los clientes que visitan tu web pueden elegir el producto que quieren, meterlo en su carrito y pagarlo, todo de forma automática.
  • Cada vez que se genera una venta, a ti te llega un mensaje con la información del pedido. Así solo tienes que empaquetar el producto que haya comprado el cliente y enviárselo.

De esta manera, habrías creado una tienda online o eCommerce para tu negocio.

Ejemplos reales de ecommerce de éxito

Para que veas aún más claro qué es un ecommerce, te ponemos algunos ejemplos reales de ecommerce o tiendas online:

  • La marca Tropic Feel vende su calzado y otros accesorios de viaje a través de su web.
  • Freshly Cosmetics es una de las tiendas más conocidas en el sector de la cosmética.
  • Volkswagen cuenta con una tienda online propia en la que vende accesorios para los vehículos que fabrica.
  • Y a través de la página del fabricante HP puedes acceder a todos sus productos (ordenadores, impresoras, consumibles, periféricos, etc.).

Y ahora vamos a resolver una pregunta que posiblemente te ronde la cabeza…

¿Vale la pena montar un eCommerce hoy en día?

Si estás leyendo estas líneas, hay muchas posibilidades de que estés pensando en montar tu propia tienda online. Pero quizá aún no tienes claro si este modelo de negocio vale la pena.

La respuesta es un rotundo “Sí”:

En la última década, las ventas online a nivel mundial han vivido un crecimiento meteórico. Una tendencia que se ha acentuado desde el 2020, debido en gran parte al empuje de la pandemia.

De hecho, como ves en la gráfica de Statista, se espera que para 2025 el volumen global de ventas en el sector eCommerce alcance los 7,39 mil millones de dólares. Y no es un objetivo nada descabellado. Las tendencias de ecommerce lo demuestran.

(Ojo: como es lógico, hay sectores en los que la demanda es más alta que en otros. En este otro post te contamos cuáles son los 6 productos más vendidos en Internet).

Diferencias entre e-commerce y e-business

Una aclaración importante antes de continuar.

El concepto de e-commerce se confunde con regularidad con el de e-business, aunque en realidad no tienen nada que ver.

El e-commerce solo se refiere a la transacción de bienes y servicios entre un comprador y un vendedor, mientras que el e-business hace referencia a todo el proceso completo que hay que llevar a cabo para gestionar un negocio online.

Dentro del e-business, por ejemplo, está:

El concepto de e-business es más amplio que el de e-commerce y, de hecho, el e-commerce forma parte de él al ser un tipo de modelo de negocio.

Tipos de ecommerce o comercio electrónico

El mundo del e-commerce es muy amplio y se pueden encontrar muchos tipos distintos de modelos.
Vamos a hacer 2 clasificaciones:

  • Una más global en función de quién vende y quién compra.
  • Otra con diferentes «modelos» de e-commerce.

Vamos a ello.

1. Según el perfil comercial

Cada negocio tiene un tipo de cliente al que se dirige, y en función de ello podemos clasificarlos:

  • B2B (Business-to-Business): empresas cuyos clientes finales son otras empresas u organizaciones. Un ejemplo podría ser una tienda de venta de materiales de construcción que se dirige a interioristas o arquitectos.
  • B2C (Business-to-Consumer): empresas que venden de manera directa a los consumidores finales del producto o servicio. Es el más habitual y hay miles de ejemplos de tiendas de moda, zapatos, electrónica, etc.
  • D2C (Direct-to-consumer): fabricantes que venden sus productos directamente al consumidor final, sin distribuidores ni intermediarios. El caso de HP que vimos antes sería un ejemplo de eCommerce D2C, pero muchas grandes marcas como Nike, Apple o Gucci, por citar algunas, ya han dado el salto a este modelo.
  • C2B (Consumer-to-Business): portales en los que los consumidores publican un producto o servicio y las empresas pujan por ellos. Son los clásicos portales de empleo freelance como Freelancer, Twago, Nubelo o Adtriboo.
  • C2C (Consumer-to-Consumer): empresa que facilita la venta de productos de unos consumidores a otros. El ejemplo más claro sería el de eBay, Wallapop o cualquier otro portal de venta de 2º mano.

Además de estas formas de comercio electrónico, existen otras menos populares como la G2C (Goverment-to-Consumer), C2G (Consumer-to-Goverment) o B2E (Business-to-Employer).

Como puedes ver, el comercio electrónico va mucho más allá de ser únicamente una simple compra y venta de productos en una tienda.

2. Según el modelo de negocio

El sector online todavía es un sector poco maduro. Los cambios tecnológicos son constantes y los nuevos negocios online que surgen atienden las nuevas necesidades creadas.

Dependiendo de cómo se generen los ingresos o de cómo se lleve a cabo el intercambio entre comprador y vendedor, se pueden dividir en:

  • Tienda online con producto propio: lo primero que se te habrá venido a la mente al hablar de e-commerce. Las mismas características que una tienda física pero en versión online. Ejemplo: Bebitus.com
  • Dropshipping: a priori, para el cliente, todo parece igual que un e-commerce normal. La diferencia es que el vendedor no envía el producto, sino que es un tercero el que lo hace. Para saber más puedes leer nuestra guía para encontrar proveedores de dropshipping.
  • E-commerce de afiliación: un paso más atrás en el proceso de compra están los negocios de afiliación. En este caso la tienda no solo no envía el producto, sino que el cierre de la venta no se hace en su plataforma. Lo que hace es referir al cliente a otra tienda, que le paga una comisión al confirmarse la venta. Es muy frecuente la afiliación con Amazon. Ejemplo: Biodegradable.es. Si estos modelos te interesan, lee este post específico sobre marketing de afiliación y este otro sobre la venta sin stock.
  • Membresía: este tipo de e-commerce busca compras recurrentes. La forma de conseguirlo es con una suscripción periódica (semanal, mensual, bimensual, etc). Este tipo de membresías se están poniendo de moda con las llamadas «cajas sorpresa». Consiste en un caja que se envía cada mes con productos, por ejemplo, una caja mensual con cervezas artesanales. En lugar de vender una sola vez el producto, se ofrece la posibilidad de recibirlo con una determinada frecuencia. Ejemplo: Manolitoandco.com
  • Marketplace: un marketplace es una tienda de tiendas. Es una web donde diferentes vendedores ofrecen sus productos de una o varias temáticas. Amazon también es un ejemplo de marketplace. Aunque también funcione como e-commerce normal, cualquiera puede vender en su plataforma a cambio de una suculenta comisión para el señor Bezos.
  • Servicios: un negocio de comercio electrónico no solo tiene que ser para vender artículos. Formación, consultorías, mentorías o cualquier intercambio de tiempo por dinero es una opción muy viable para empezar sin riesgo.

Como hemos hablado, los avances en este sector suceden casi cada día, esto supone que nuevos tipos de e-commerce surjan constamente.

Tipos-de-ecommerce

¿Te parece que analicemos más en detalles los pros y contras de lanzarse a la aventura ecommerce?

¿Es fácil? ¿Merece la pena?

Sigue leyendo.

Ventajas y desventajas de montar un e-commerce

¿Por qué los e-commerce han inundado Internet y se han convertido en un estándar en tan poco tiempo?

Primero porque las ventajas con respecto al comercio tradicional de toda la vida son muy potentes.

Lo vemos.

Ventajas

  1. Más clientes: ni una tienda local ni una empresa con sedes en varias ciudades puede conseguir el alcance del e-commerce. La posibilidad de conseguir comprar y vender desde cualquier punto del mundo amplía el público objetivo y permite conseguir más clientes.
  2. Sin horarios: el e-commerce no tiene horarios, mientras que rara vez hay tiendas o empresas que trabajen 24 horas al día. La web está abierta al público todo el día y el cliente puede comprar lo que quiera cuando quiera.
  3. Menos costes: el simple hecho de no necesitar un establecimiento físico reduce los costes con respecto al negocio tradicional. Y cuando el e-commerce funciona poniendo en contacto a proveedores con compradores, ni siquiera hay gastos en producción.
  4. Más margen de beneficio: la reducción de costes y el aumento del mercado de clientes provocan que, incluso bajando los precios, se pueda conseguir un margen mayor que con un establecimiento tradicional. Se vende más y se gana más dinero.
  5. Escalabilidad: esto significa que puedes vender a una o a mil personas al mismo tiempo. En un negocio físico siempre hay un límite de cantidad de clientes que puedes atender a la vez, en e-commerce el límite lo pone tu capacidad de atraer visitantes. Bueno, y tu servidor. 😉

Leyendo esto podría parecer que montar un e-commerce es la panacea, pero también hay que recalcar que en el comercio electrónico no todo son ventajas.

Por eso también conviene analizar los retos a los que te enfrentarás cuando arranques tu aventura online.

Desventajas (retos)

Hemos querido llamarlos retos más que desventajas del ecommerce, para no crear una imagen distorsionada.
Claro que existen algunas desventajas; los que sabemos qué es el ecommerce, las tenemos más que aprendidas.  Como en todo en la vida pero, si no fuera por ellas, montar un negocio online sería demasiado sencillo y perdería la gracia.

  • Falta de confianza: aunque las pasarelas de pago han avanzado tanto que son tan seguras o más que un negocio físico, mucha gente sigue pensando que hay menor seguridad en la transacción económica. Esto se traduce en desconfianza. Podemos ayudar a resolverlo con un certificado SSL (https) que encripta la información transferida, y con otros sellos que transmitan esa confianza tan necesaria.
  • Productos o servicios “que no se pueden ni ver ni tocar”: a todos los compradores nos gusta sentir que estamos haciendo una buena inversión. Una manera de lograrlo es viendo y tocando el producto con nuestras propias manos. Esa sensación intangible se pierde en un e-commerce. ¿Cómo resolverlo? Con fichas de producto muy completas, incluyendo imágenes, vídeos y una descripción muy detallada del producto.
  • La necesidad de tener acceso a Internet: es obvio pero para poder comprar y vender se necesita un dispositivo preparado. A estas alturas la inmensa mayoría podría hacerlo pero en determinados sectores, donde el público objetivo es de mayor edad o menos «tecnológico», esto puede ser un problema.
  • Dificultades técnicas: cualquier tipo de emprendimiento, sea offline u online implica meterse en temas desconocidos. En el caso de un e-commerce la parte de tecnología requiere un mínimo conocimiento técnico que no todo el mundo tiene. La mejor manera de solventarlo es delegando esa parte, aunque, como es lógico, tiene un coste.
  • Competencia: la barrera de entrada económica para montar un e-commerce no es tan alta como un negocio físico. Eso supone mayor competencia.
  • Tiempo en obtener resultados: cuando un negocio físico abre sus puertas por primera vez ya se está exponiendo a los clientes que pasan por delante. En un negocio online conseguir visibilidad es más complicado de lo que se suele pensar. Puedes tener un gran producto y una gran plataforma, pero si no trabajas para ganar visibilidad nadie llegará a verlo.

Desde Doofinder creemos que las ventajas superan por goleada a las desventajas. De hecho, la mejora en la política de devoluciones y la evolución de los sistemas de seguridad acabarán por enterrar esas desventajas.

¿Te parece que ahora metamos las manos en la masa viendo cómo crearlo?

Pasos para crear un e-commerce

Ahora que ya sabes qué es eCommerce, y tienes el escenario general de pros y contras en la cabeza, veamos por dónde empezar.

1. Elige una idea

¿Tienes ya una idea o partes de cero? Si no lo tienes demasiado claro hay varias técnicas para detectar posibles oportunidades.

Todas ellas se basan en abrir la mente y estar atento para observar desde un punto de vista emprendedor casi cada situación en tu día a día.

Si vas por la calle fíjate qué negocios físicos podrían llevarse a Internet, si no se han llevado ya.

Piensa en tus necesidades, en las de las personas de tu entorno: ¿qué usan cada día? ¿Por qué cosas se suelen quejar?

O incluso mejor, no aproveches tus paseos para pensar esto, fija día y hora para salir a la calle en busca de ideas.

Mira qué lleva puesto la gente, cómo se comporta. Observa y anota cada idea que te venga a la cabeza, sin filtrar.

Piensa siempre en resolver problemas a las personas, y ten en cuenta que tu mente emprendedora es como un músculo que se debe entrenar. Los primeros días que vas al gimnasio las agujetas son tu compañía hasta que el cuerpo se va haciendo, aquí funciona igual.

Pero lo más importante es que te metas una idea en la cabeza: no vendas productos, resuelve problemas.

2. Analiza tu idea

El segundo paso consiste en cribar las ideas iniciales hasta quedarte con una o unas pocas.
Esta idea de e-commerce será la que analicemos:

  • Propuesta de valor: ¿qué valor aporta? ¿Qué necesidad satisface?
  • Mercado: ¿es un producto nuevo? ¿Es un producto que ya existe pero con nuevas funcionalidades?
  • Competencia: ¿quién está ahora mismo satisfaciendo esa necesidad que has detectado en tus potenciales clientes? ¿Podrías mejorarlo?
  • Demanda: ¿está ese problema que vas a resolver lo suficiente extendido como para que haya demanda suficiente? Comprueba cuánta gente está buscando en Google la temática. Puedes hacerlo con el Keyword Planner.
  • Dificultades: lista otro retos que te surgirán (dificultades técnicas, competencia, amenazas…).

Una excelente manera de analizar una idea es con una herramienta básica de emprendimiento: el DAFO.

El DAFO es una matriz que, desde un punto de vista interno y externo, analiza las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades de tu idea.

3. Planifica una estrategia

Cada día se registran en España unas 300 nuevas empresas, pero la mayoría salen a tientas, sin una estrategia diseñada.

Y ten por seguro que tener claro hacia dónde ir y con qué medios hacerlo, marcará el éxito de tu e-commerce.

Puedes hacerte preguntas como:

  • ¿Cómo nos va a conocer nuestro cliente ideal? ¿Qué canales de venta vamos a utilizar?
  • ¿Por qué nos va a preferir a la competencia? ¿Cuál es nuestra ventaja competitiva? (para ello tendremos que hacer benchmarking. 
  • ¿Vamos a ser más baratos?¿Cuál va a ser nuestra estrategia de precios?
  • ¿Qué define a nuestros clientes? ¿Qué características comunes tienen?
  • ¿Qué objetivos tiene nuestro negocio? ¿Cómo vamos a crecer?

4. Lleva a cabo tu plan de acción

Hasta aquí solo habrás definido ideas generales y objetivos. En esta cuarta fase toca ser más concreto definiendo acciones específicas alineadas con la estrategia marcada.
Te damos alguna pista:

  • Nombre: es uno de los mayores quebraderos de cabeza al comienzo. Nuestro consejo a la hora de escoger el nombre de tu eCommerce es que sigas unas pautas básicas, como que sea corto, fácil de pronunciar y que esté disponible el dominio .com y las principales redes sociales.
  • Alojamiento: un negocio de comercio electrónico necesita un servidor donde alojarse.  No te preocupes, en este artículo explicamos cómo elegir hosting para un e-commerce.
  • Identidad corporativa: aquí no solo hablamos de los colores o el logo, si no de los valores a transmitir, la verdadera esencia de la marca. Leer este post sobre cómo crear tu imagen de marca te ayudará.
  • Sitio web: ¿quién construirá la web? Si no lo vas a hacer tú necesitarás a alguien que lo haga o te asesore. Valora las diferentes opciones en función de tu modelo de negocio: PrestaShop, WordPress, Shopify…Además, recuerda que no basta solo con tener una web bonita; también debe estar optimizada a nivel de experiencia de usuario. Eso significa que cargue rápido, que sea sencillo navegar por ella, que cuente con un buscador interno de calidad, etc.
  • Visibilidad: lo hemos puesto en última posición, pero en realidad es la parte más importante y más olvidada a la vez. La mayoría de emprendedores se esfuerza en tener un buen producto y una bonita web donde venderlo, pero no piensa en cómo llegarán los clientes. Si quieres que tu negocio crezca todo lo posible, asegúrate de invertir el tiempo necesario en elaborar tu plan de marketing.

Por último no debes olvidar el tema legal, ¿vas a constituir una SL? ¿Vas a darte de alta en el régimen de autónomos?

Te dejamos un artículo sobre los requisitos legales que debes cumplir con tu tienda online.

Nota: todos los puntos que hemos analizado (y algunos más) deben estar reflejados en tu plan de negocio. Si no sabes cómo crearlo, aquí te lo explicamos.

¿Te han dado ganas de lanzar tu negocio digital?

Esperamos que este artículo te haya sido útil para aprender qué es un ecommerce.

Es posible que ahora tengas muchas dudas. No te agobies, es normal. Estudia bien tu idea de negocio y si decides seguir adelante, define un plan de acción.

Lo demás vendrá con trabajo y constancia (prometido). 😉

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